Había una vez un grupo de chicos en un Campamento Deportivo de Verano. Todos ellos eran reconocidos en la sierra del Segura por sus sombreros militares. Una vez a la semana bajaban al pueblo de Molinicos a comprar comida, y los vecinos de la localidad siempre se alegraban de verlos.
La primera noche, en la hoguera de presentación, los chicos estaban sentados alrededor del fuego, de repente, vieron que a lo lejos había una gran figura extraña y se desplazaron hacia ella. Jorge, que va en silla de ruedas, fué ayudado por sus compañeros y monitores.
Todos se sorprendieron, ¡era un globo cayendo del cielo! Fueron corriendo, asustados por las personas que se encontraban en el interior. Jorge con la ayuda de sus compañeros y monitores consiguió llegar hasta el globo, aunque con algunas dificultades, ya que el monte donde se sitúa el campamento no está muy bien adaptado.
La sorpresa llegó después, cuando se dieron cuenta que del interior de la cesta del globo aparecieron dos Extraterrestres. Todos los chicos se quedaron sorprendidos, pero no tardaron en ayudarlos a salir de la cesta y acogernos en su campamento. Los chicxs volvieron a su albergue, era super tarde y debían descansar, ya que al día siguiente tenían un montón de actividades por hacer.
A la mañana siguiente, se despertaron con el sonido de los pájaros, ya que por esa zona hay un montón, ¡y super cantarines!
A partir de ahí, el Campamento ‘tomó un giro’ inesperado. Si este evento del verano era conocido por su inclusión, ¡ahora saldrían en las noticias por ésta visita!.
Los extraterrestres formaron piña con los demás chicxs y participaban en las actividades deportivas diarias. Su preferida era el fútbol. En este caso, el deporte se practicaba con un balón sonoro por Marina, una chica con discapacidad visual.
Otros como Martín , tenía una familia muy creyente. Todos los días, llueva, nieve o haga sol, Martín tenía que entrelazar sus manos a una hora en concreto. Desde pequeño su abuela le enseñó a que había que rezar a la hora del Ángelus, Martín sabía que a las 12:00 del mediodía siempre tenía que postrar su mirada al cielo y rezar la Oración.
A Jorge, sin embargo, lo que más le gustaba eran las rutas de senderismo. A pesar de la poca accesibilidad a ellas, y todas las barreras que encontraban en cada camino, en la Joelettet (silla de ruedas adaptada para que personas con movilidad reducida puedan hacer senderismo), él se sentía uno más. En las rutas él siempre aprendía sobre botánica,
era su pasión, pero lo que más le llamaba la atención era ver a su compañera Ximena escalar. Ella siempre tenía que llegar a la cima de todo.
A mitad de mañana, cuando bajamos al río a hacer piragua, era uno de los mejores momentos, ya que podíamos llevar con nosotros un trocito de pan duro del día anterior que nos daban en cocina para alimentar a la familia pato. Estaban Loki, Kiwi, Pipo y Cati.
Todo era genial, excepto por Josefa, su parálisis del brazo derecho le impedía remar con normalidad, pero con apoyos Josefa lo consiguió.
Por ello, una noche, mientras Josefa iba al baño, tuvimos una idea. La nombraremos capitana del barco, porque no hay nada más importante que una persona que guíe tus pasos. Al día siguiente, nada más despertarse con el sonido de los pájaros, se vistieron corriendo y le entregaron a Josefa su sombrero de capitana. Su cara reflejaba una felicidad contagiosa. Demostramos que las limitaciones no existen, es solo una palabra más en el diccionario.
La última visita que realizaron fue a una cueva de Molinicos , al salir pudieron contemplar unas fantásticas vistas, pero tuvieron que volver corriendo ya era la hora de comer.Tras una larga caminata los alumnos llegaron por fin al campamento , pero para su sorpresa , ¡no tenían nada de comer! Como no tenían comida, estaban muy tristes, Arturo era el que más se podía reflejar en su cara, por suerte, Martín que era un gran explorador y consiguió unos caracoles. Los sacaron de la bolsa y realizaron una carrera, ¿quién ganará?, ¿conseguirán que Arturo esté menos triste?
En el momento de la despedida vieron de lejos como se acercaba un globo. ¡Los familiares de los extraterrestres habían vuelto a por ellos! Ahora sí. Sin duda este fue el mejor verano de sus vidas.