Creo que no hay mejor comienzo para una buena historia, que aquél que tiene lugar en la Feria de Albacete; fue en ella donde, en 2014, una humilde servidora tuvo el gran placer de conocer al inigualable “Vake”.
Conocerle supuso una gran fuente de experiencias, lamentablemente en su mayoría negativas, acerca de la accesibilidad real de la oferta turística; y es que, como turismóloga, siempre he estado interesada en diferentes proyectos de Turismo Responsable, y una rama muy importante del mismo es el Turismo Accesible.
Basta una cerveza con Vake para darse cuenta de que algo estamos haciendo mal en este país, y en el mundo en general, en materia de accesibilidad: a muchas empresas y establecimientos se les llena la boca diciendo cuán accesibles son sus infraestructuras, pero se olvidan de que la experiencia turística, como cualquier otra experiencia vital, va mucho más allá de poder acceder o moverse en un edificio.
En eso centré mi tesis de Máster que realicé el pasado año, tratando de conocer quién y cómo es el turista discapacitado que visita, en este caso, la ciudad de Valencia y cuáles son sus necesidades y percepciones reales en sus viajes.
En este tipo de investigaciones hay un concepto que es clave: y es que no se puede hacer un estudio sobre las personas… sin las personas.
Para ello conté con la inestimable ayuda de Vake, que como ex-deportista de la élite paralímpica, ha viajado por gran parte del mundo y puede valorar todo aquello que el turista discapacitado necesita para lograr una experiencia plena, de calidad y en igualdad de condiciones.
Y es que ese siempre será el objetivo: tratar de que se produzca una inclusión real de las personas con discapacidad en todos los ámbitos posibles.
La autodeterminación y la autonomía aparecen como conceptos clave, y es que nos damos cuenta de que la falta de normalización; la formación, en algunos casos inexistente, de los profesionales; y la baja calidad de los servicios de asistencia, obstaculizan el acceso y disfrute pleno de cualquier actividad.
Las barreras psicológicas y sociales con las que se encuentran las personas discapacitadas son abundantes y, además, las más difíciles de superar, lo que se ha comenzado a definir como “entorno discapacitante”. Estas barreras se pueden eliminar trabajando a fondo la normalización, concienciación y formación, y esto no es tarea de nadie en particular, sino de las instituciones públicas y del conjunto de la sociedad civil.
La Organización Mundial de la Salud define la discapacidad como un fenómeno complejo que refleja una interacción entre las características del organismo humano y las características de la sociedad en la que vive.
Y para finalizar me gustaría recalcar esto mismo de: LAS CARACTERÍSTICAS DE LA SOCIEDAD EN LA QUE VIVE.
María Montoya (amiga valenciana de Metasport CLM)
1 Comentario
Jose
¡Excelente Articulo! Espero que sigan publicando más información sobre el entorno discapacitante ya que hasta ahora sigue siendo un concepto poco conocido! Gran trabajo Metasport!